El bebé distingue olores y
sabores desde el primer día de vida. Reconoce a su madre por el olfato
desde que nace y su sabor preferido es el de la leche materna.
Comienza a asociar sabores y olores con momentos vividos y así luego discernirá
entre lo que le gusta o no en función de su olor o sabor, por ejemplo se
calmará cuando sienta cerca el olor de su madre. Empieza a sentir y disfrutar
los diferentes olores y sabores del medio. Del primer año al
segundo año ya han de distinguir los cuatro sabores básicos: agrio, salado,
dulce y amargo.
La aceptación de sabores nuevos en niños
menores de cinco años solo suele observarse tras exponerles a estos sabores
varias veces. Nuestros alumnos de 2 años
han probado alimentos para distinguir entre “sweet and savoury” (dulce y
salado).