jueves, 6 de junio de 2013

Inteligencia interpersonal e intrapersonal


Es beneficioso involucrar a los niños en actividades cotidianas como la cocina. Es muy importante para el desarrollo armónico de la personalidad, pues, entre otras cosas, enseñarles a elaborar alimentos fortalece el rol de cada una de las personas que intervienen, hace que sea más sencillo asumir normas y responsabilidades cotidianas y ayuda a generar hábitos alimenticios. En cuanto a las relaciones familiares, vale la pena señalar que esta actividad también permite fortalecerlos. Este espacio puede ser favorable para lograr una comunicación efectiva entre padres e hijos, pues el contexto se presta para que ambos se abran y conversen sobre variados temas, que pueden ir desde la pertinencia de agregar uno u otro ingrediente hasta las dificultades que alguno de los dos o ambos tienen en sus vidas cotidianas. Igualmente, el hecho mismo de cocinar implica seguir una receta, que en términos prácticos se traduce en el seguimiento de una norma. Con esto, los padres hábiles pueden enseñarles a los niños que si bien es cierto que las normas hay que cumplirlas, es el criterio de cada uno lo que permite darse cuenta de que estas no existen por capricho, sino que hay una lógica detrás de ellas; es decir, que tienen una razón de ser y una consecuencia que se sigue de su aplicación o incumplimiento.
 















 

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